sábado, 22 de mayo de 2010

A ver esa sonrisa...

Finalmente, después de mucho tiempo, decidió guardar la nariz de payaso en el cajón. Sintió que ya no la necesitaba para sonreír. La puso en uno de los cajones del armario donde guarda todas las cosas que quiere conservar. Uno nunca sabe, pensó y la escondió debajo de unas medias viejas y una caja llena de cartas.Casi sin darse cuenta, recuperó su sonrisa. Entendió que uno puede pasar por la vida sin hacer muchas cosas pero no sin sonreír.De repente, sintió que no las dibujaba, que eran sonrisas verdaderas que salían del alma. Que brillaban en un parpadeo. Que dejaban luz al alrededor. Esas que brotan en pleno invierno pese a las bajas temperaturas, esas que en primavera salen a ventilarse por todas las plazas. Esas sonrisas de cucharitas cuando hace frío y cae la lluvia por la ventana. Esas sonrisas de domingo o de lunes por la mañana. Esas sonrisas de espera o de miradas dulces que esconde el amanecer....
Quién sabe por qué, pero ella hace unos cuantos días guardó la nariz de payaso. La escondió esperando no tener que volver a usarla pero por si acaso la guardó en el cajón de las cosas que quiere conservar. Uno nunca sabe, vió...

3 comentarios:

Gabiprog dijo...

Sobre todo que no haya sonrisas encerradas en ningún cajón...



Un abrazo!

cosasimpropias dijo...

no tengo ninguna nariz para guardar ni sonrisa para lucir

Luna dijo...

Siempre es bueno reuperar la sonrisa y tener un plan "B" guardado en el cajón.

Besos