martes, 26 de mayo de 2009

La hipérbole de la exageración.

A Dolores le gusta inventar palabras. Es una observadora aguda de todo lo que pasa cerca suyo. Ayer, encontró una nueva definición para un esteriotipo de hombre o mujer que se vanagloria de su “hipérbole exagerada”.
Sí, esa es la palabra justa.
Cuanto más grande mejor para que cuanto más te muestres más te puedan ver.
Es simple, la cosa es llamar la atención al resto.
Acá estoy, mirame.
No ves que estoy bien.
No ves que estoy feliz.
Son esas personas que tienen la necesidad de dar a conocer su realidad a todos los que lo rodean.
¿Su realidad tal cual es o tal cual la construyen?
Es eso, una linda imagen para mostrar.
¿Para aplaudir? Mmmmmm.
Los hipérboles exagerados tienen la necesidad de esconder otra cosa.
Algo que no quieren mostrar pero que a veces se ve más de lo que muestran.
Espejito, espejito… ¿Por qué será? ¿Por qué será?
A veces es preferible lo pequeño.
Lo desapercibido.
Lo que no se ve pero se denota en los ojos.
Lo que está presente en el aire.
Lo que no necesita de actuaciones y mucho menos de sobreactuaciones.
Dicen que la vida es una obra de teatro.
Y creo que es verdad. Es una obra de teatro en la cual cada uno elige el rol que quiere ocupar.
Una obra de teatro en la cual todos vemos como actúan los otros.
Vemos qué disfraces se ponen o si optan por grandes máscaras en las cuales cubrir sus rostros.
Vemos cuando lo que hacen sale de adentro.
Cuando es genuino.
Verdadero.
Cuando el actor está actuando o siendo él.
Con sus sentimientos, sus pasiones, sus locuras. Esa es la mejor forma de actuar.
Siendo uno y mostrándote tal cual sos.
Sin hipocresías y sin vanidades.
Siendo vulnerable, ¿por qué no?
Sufriendo y riendo cuando nos toca.
Porque la vida es eso.
Podemos vivirla eligiendo ser lo que queremos ser o escondiéndonos detrás de hipocresías baratas que probablemente nos delaten y no duren por mucho tiempo.
Por eso a veces es mejor lo pequeño.
Aquel papel que quizás pase desapercibido para muchos pero está ahí, siempre presente.
Aunque cambien los actores.
Los lugares.
Los momentos.
Ese es el mejor papel.
No hace mucho decía que es difícil no ser y en realidad creo que lo mejor es ser siempre uno.

5 comentarios:

Agua dijo...

Yo tengo una amiga que es exactamente una hiperbole de las q describes ;-) ... fantastica reflexión, sobretodo pq es muy cierta...lo mejor es ser uno mismo! Besos!

Pablo dijo...

Eso es porque a veces nos sentimos inventados por otros. =) Buena semana, corazón.

Marina Judith Landau dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con lo que planteás y el modo en que lo hacés.
Más allá de que una pueda entender ciertas "defensas", la gente que no es auténtica nos incomoda.
La vida es una obra de teatro, tal cual, y cada uno se hace cargo de su roll del mejor modo en que puede.
El tema es que muchos lo hacen con verdad, comprometidamente... y otros la viven como si fuera una comedieta de darío Vittori.
Saluditos.

Gabiprog dijo...

Disfraces, escaparates y biombos... Muchas herramientas para la interpretación y el disimulo.
Demasiadas...

;-)

VALENTIN dijo...

Sabes, con el paso de los días y en estos 3 últimos años me he dado cuenta que las personas que deseo tener a mi lado como amigos, personas cercanas y favoritas en mi circulo, tienen que ser autenticas, transparentes, no importa sin son cascarrabias, se incomodan, lloran o ríen a carcajadas como locos, al menos se como son y no tengo que matar neuronas para descifrarlas como un criptograma.
Me ha encantado tu escrito. Que vivan las personas transparentes, las complicadas que se pierdan en el olvido de la soledad.
Un abrazo!!!