lunes, 4 de mayo de 2009

Mingo era un tipo de barrio. Sencillo. Paraba siempre en el mismo bar de Neuquén y Espinosa, cerca de Plaza Irlanda. Lo conocían todos. Él era especial. Distinto. Tenía algo que lo hacía diferente al resto. Se hacía querer el viejo.
Dicen que esa noche tenía más nostalgia que de costumbre. Que su sonrisa parecía apagarse y que sus ojos ya no brillaban como antes.
Se pidió su vaso de vino pero no quiso hablar tanto. Decidió contener su melancolía y esconder su tristeza. Sí, porque él siempre estaba feliz.
Cuando salió del bar caminó mucho. Francisco cuenta que esa noche el viejo se descubrió a sí mismo. Que por primera vez se dio cuenta quién era y sintió que la vida se le estaba yendo. Que se le escapaba de las manos.
Mingo vivió la vida como pocos. Exprimió cada segundo de sus días.
Vivió. Esa es la palabra. Vivió como pocos. Vivió como nadie.
Tenía su casa. Sus amigos. Sus mujeres. No le faltaba nada.
Hacía como 30 años que no trabajaba pero laburó de todo. Decía que no le gustaba lo estable. Él amaba cantar, ese siempre fue su sueño. Si te lo cruzabas por la calle seguramente te regalaba un tanguito. Loco como pocos. Era entrador el viejo.
De amores había aprendido mucho. De cada mujer le enamoró algo.
De algunas le enamoraba su sonrisa. De otras su forma de ser. Su paciencia. Su locura. ¡Si habrán sufrido por el Mingo! Pasaron tantas por su vida. Algunas duraban más, otras menos pero ninguna se pudo olvidar de él. A todas les dejó algo.
No era fácil estar con el viejo. Era un seductor empedernido. De esos que van de milonga en milonga para donde lo lleven los vientos. De los que bailan hasta con la más fea.
Sí, Mingo pateó la calle. Los barrios. Los bares. Las noches.
Era un tipo que convencía con su palabra y encantaba con su picardía.
Todos lo querían al viejo pero en el fondo… él se sentía solo.
Parecía el tipo más feliz aunque escondía sus propios reproches, guardaba sus inseguridades, sus defectos y sus vicios.
Creo que al viejo le daban ganas de tener una familia.
La vida no le había enseñado qué era eso.
En el fondo el Mingo… Sí, yo creo que en el fondo el Mingo deseaba tener hijos.
Hijos que la vida le negó o que él mismo se negó a tener quién sabe por qué.
Esa noche el viejo llegó del bar y se puso un tango.
Se pensó a sí mismo.
Esa noche al viejo la vida se le apagó.
No sé si se llevó mucho pero dejó mucho de él en su gente. En sus amigos. En sus mujeres.
El Mingo dejó mucho de él en su familia porque para ellos el viejo era familia.
Y así se fue.
Deborando la vida, como pocos.
Viviéndola a su forma.
Piantao.
Pero Viviéndola.

13 comentarios:

Limada dijo...

Como que siempre nos queda algo en el tintero, que le vamo´hace´.

Gabiprog dijo...

Quizás embarrancó en la tristeza consciente de, no de lo vivido, si no de lo que le quedaba por hacer. Hay quién sabe siempre que la vida es agua retenida en las manos, y que lo mejor, en la mayoría de los casos, es mojarse la cara antes de que toda ella se nos vaya por entre los dedos.

Estupendo retrato!
Un abrazo.

Paulis dijo...

Siempre tomamos decisiones y "estilos de vida", siempre algo nos queda dando vueltas, algo inconcluso, pero lo importantepara mi es VIVIR como se pueda, como se quiera, pero VIVIR.
Muy bueno Pau y como siempre en el momento justo.
Besos, te quiero amiga.

haideé dijo...

Llámame rara, pero seguimos admirando a personas que no saben amar, sólo saben robar, y tan pobremente viven que no se dan ni cuenta. Si, la verdad es que debo ser rara, ya que hace tiempo que dejé de quedarme embelesada de las palabras fáciles de los donjuanes :)
Un cordial saludo, me alegra tu visita y que hayas disfrutado con mi mirada, eres bienvenida siempre que así gustes.

Zimbon dijo...

En el fondo su vida es super miserable me da la nmpresión. Es esa gente a quien todos quieren, pero siempre, están solos...

Paula Daiana dijo...

La historia de Mingo surgió de un tango que escuché en estos días... esas cosas que dispara la mente quién sabe por qué...

Limada: Es así creo, que a todos siempre nos quedan cosas en el tintero...

Gabiprog: Me encantó tu metáfora del agua!

Paulin: ... lo importante es vivir y elegir cómo queremos hacerlo! Beso grande y a ver cuando nos vemos!

Haidee: Me dejó pensando tu comentario, creo que todos amamos pero algunos lo hacen de manera diferente... No creo que seas rara por pensar así y no dejarte embelesar por las palabras de donjuanes. Besoss!

Zimbón: No sé si lo hacía miserable al viejo –lo imaginé a través de un tango que escuché en estos días- pero estoy convencida de que se sentía solo.

haideé dijo...

Esto lo escribí en los comienzos de mi navegación por los mares blogger, si te apetece leerlo (es denso)quizá puedas comprender mejor porque digo lo que digo. Lo comparto de corazón, sin obligación. Está en el otro espacio donde me expreso, aquí te dejo el enlace:

http://pensamientoliberado.blogspot.com/2008/06/la-madre-que-no-am.html

Un abrazo :)

Anónimo dijo...

En todas partes del mundo, seguramente hay un mingo... Hermoso relato!!! Abrazos cálidos...

Unknown dijo...

Coincido con Gabriel, el mundo está lleno de Mingos y de Mingas entremezclados con lo que nosotros creemos que es lo normal, lo mejor.
Si es cierto que nosostros somo los gestores de nuestro propio destino, el no fue infelíz, simplemente, hizo lo que quiso.

Beso!

Anónimo dijo...

ey criaturita, me encantó!

muy linda tu descripción de la vida delMingo

besitos, en un bancio de la plaza irlanda :)

Martín Gardella dijo...

Paula, gracias a tu visita a mi living pude conocer este blog tan lindo. Me gustó mucho este relato, es como si la vida del protagonista fuera, en sí misma, como uno de los tangos que a él le gusta cantar. Un beso

Paula Daiana dijo...

Haydee: Gracias por compartir el texto conmigo, te dejé un comentario en tu blog. Me encantó como lograste definir y describir a ese juego en el que muchas veces uno puede quedar atrapado. Besoss!!

Gabriel: Es así el mundo está lleno de Mingos y Mingas q le dan color al mundo.

María: Es verdad no creo que haya sido infeliz simplemente vivió la vida a su forma. Besos!

Galán: Me alegro que le haya gustado... Besos para usted también en alguna plaza más cerca así no se tiene que andar trasladando, ahora que se que es del barrio jaja!

Martín: A mi también me gustó mucho tu blog así q lo visitaré seguido... Como han dicho algunos por aquí el mundo está lleno de Mingos y el tango le pone un poco de color a la historia! Besoss

Tony Amesty dijo...

Pobre Mingo....bueno quizas en el fondo sea feliz así.