lunes, 23 de marzo de 2009

Correr sin rumbos

Salió de su casa para no volver. Lleno su mochila de galletitas y crayones para pintar. Corrió sin destino hacia algún lugar en el que se sintiera más contenido. A un lugar donde pudiera sentir un poco de paz.
Trato de que no lo sintieran. Que su mamá y su papá no oyeran sus pasos. ¿Acaso sintieron su presencia en este tiempo? Corrió mucho como nunca lo hizo en su vida, tanto que se hizo de noche y sintió soledad. Miedo. Quizás más paz que en su propia casa y no intentó nada, sólo aferrarse a un árbol y tratar de no pensar, al menos por una noche.

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